La Arqueóloga

Extracto del diario de Sofie Reij, arqueóloga:

“...resoplaba como el viento. Aun así hoy he llegado al famoso pueblo que buscaba, o eso creo. Hace ya unos meses que escuché hablar por primera vez de algo relacionado con un extraño farol que solo aparece ante uno cuando pierde algo en el bosque. La información que he ido recabando sobre ello, aunque escasa, está en entradas anteriores de este diario. En otro orden…”

“Tres días desde mi llegada, alojada ya en vivienda propia. He paseado por el bosque que rodea parte del pueblo, y la verdad que parece muy normal, tanto de noche como de día, aun no quiero indagar sobre el tema, las gentes de por aquí parecen gracias a mantener conversación conmigo, por muy banal que sea.”

“..la antorcha se apagó de golpe, acabo de llegar a casa, me he alejado a excavar cerca de un pozo abandonado que encontré en mi rutinario paseo de la tarde. Esta mañana, he ido al mismo lugar a continuar investigando y no lo he encontrado, es la primera cosa extraña que me encuentro.” 

“..años de excavaciones y exploraciones he caminado por lugares más siniestros y raros que este bosque, por un lado pienso que lo del farol son habladurías, o que me he equivocado, ¿quién sabe? Tras un par de meses por aquí, he preguntado a los lugareños y al respecto omiten cualquier palabra, solo me responden con un: adiós, buenas tardes…”

“Bastantes días sin escribir. He adquirido una mula, y unos cachorros del viejo molinero, es un tipo sombrío. Mi plan es encariñarme con los animales, y abandonarlos en el bosque. Así parece que funciona esto, y por fin tendré el Farol en mis manos; conseguí la otra noche que un vecino me contara sobre cosas que han sucedido en el pasado, cierto es que fue en la taberna tomando algo.”

“..volvió de nuevo, pero a la tercera vez que deje a la mula en el bosque ya no regresó, y no apareció el dichoso farol, con lo que me ha costado dejar a la mula en el bosque… Anoche dejé a uno de los cachorros, he esperado unos días, y nada, que no hay Farol. Me he percatado de que las gentes de aquí, me tachan de loca, que estoy obsesionada dicen”.

“Casi un año después, una mula, tres perros… Un viajero que llegó, y que me dio compañía unos días, y ahora estoy embarazada… Cansada del Farol que no aparece y que ardo en deseos de poseer para mi colección personal y que se resiste.”

“Tras varias semanas de inactividad, ya ha nacido mi hija, retomo el diario. La camada que adopté hace unos meses ya está preparada para ser abandonada poco a poco, en cuanto comience a andar mi niña, por lo pronto el caballo que olvido el viajero que se marchó de forma repentina, lo dejaré suelto en cuanto pueda, a ver que pasa.”

Se presentaba una noche tranquila, el atardecer cálido, permitía que tanto Sofie como su hija pudieran disfrutar un poco más del porche, ella leía mientras que la niña que  ya andaba, jugaba alegremente con el perro que quedaba, hacía meses que había dejado de escribir en el diario, aparentemente se había olvidado del tema que le había traído hasta aquí. De pronto escuchó el llanto de su pequeña, levantó la vista del libro, mientras que la noche se abría paso poco a poco, y vio como el perro se lanzaba a correr tras algún animalillo y se internaba en el bosque. Se adelantó al porche donde se encontraban-, tranquila cielo, volverá-, lo llamó varias veces acercándose a la linde, dejando a la niña tras ella, en el porche, aun sollozaba. La oscuridad venció a la luz, silencio. 

Se dio la vuelta, y aquello que tanto anhelo hizo acto de presencia, en lugar de su hija, en el porche había un farol. En sus ojos apareció un brillo cristalino, no sabría decir si eran lágrimas.

* * *

-¡Un whisky, Tom!- le pidió, sentándose en la barra,- vaya, parece que esta noche está la taberna tranquila.

-Así es Bill, la noche es aciaga. Se masca la tensión en el ambiente, hay miedo-.Suspiro, mientras dejaba el vaso y también la botella a su vecino y amigo. Se acomodo frente a él, y continuó la charla.- Acabas de llegar de uno de tus viajes, imagino.

-Así es, ha sido un largo camino hasta regresar de nuevo. Esta vez he llegado hasta Iron Heaven-.. se le notaba agotado.- Pero cuéntame qué es eso del miedo en el ambiente Tom, ¿Que ha ocurrido?

-¡Vaya, esa ciudad está al otro lado de las Montañas Septentrionales!  Buen trecho has recorrido esta vez amigo-, suspiró de nuevo e hizo una pausa. -Veo que has llegado aquí en primer lugar; las ventanas de las casas tiene los postigos echados,  puertas atrancadas durante la noche además de ataviadas con collares de ajos, maquilladas con dibujos y demás parafernalia supersticiosa, ya sabes, ahuyentar espiritus y eso.

Bill blasfemo, vació el vaso y se llenó de nuevo, agachando la cabeza suspiró, y murmuró casi para sí mismo,  -hace años que no pasaba Tom. ¿Quién..? -La forastera, -respondió el tabernero antes de que su amigo acabara la frase.

-Por todos los Dioses, ya llevaba entre nosotros tres primaveras, ¿no? -Desde luego parece que el Bosque esta vez le ha tomado en cuenta.

- Y tanto Tom, ahí quien comenta que tras lo sucedido, después de internarse en el Bosque, a los pocos días apareció por su casa, sacó al caballo de la cuadra y se marchó, pero sin su hija.